Celebran Misa en memoria Padre Ángel Darío Carrero Morales
El 15 de mayo pasado Fray Darío, como le conocen los amigos y cercanos, fue llamado a la Casa del Padre. Su partida, a los 49 años, víctima de un cáncer que en poco tiempo diezmó su vida, ha sido para muchos causa de gran pesar. Los medios masivos de comunicación, en especial la prensa escrita, hicieron conscientes al país de su valía y aporte.
En la Solemnidad de Pentecostés, el domingo 24 de mayo, sus cenizas fueron traídas a su pueblo de Rincón. La comunidad eclesial de Santa Rosa de Lima celebró su vida. Con la presencia de numerosos fieles de su Parroquia San José Obrero de Sabana Seca en Toa Baja, amigos como Danny Rivera, Nydia Caro y Hermes Croato, además de su familia y cientos de fieles compueblanos, celebraron su paso por la historia.
“Fue providencial la coincidencia de que en la Fiesta de Pentecostés celebrásemos sus exequias. Pentecostés es la Fiesta del Espíritu Santo. El Espíritu Santo, Tercera Persona del Misterio de Dios, es el gran protagonista de la misión evangelizadora. Como escuchamos en la lectura de la Primera Corintios 12 en ese día, nadie puede decir Jesús es el Señor, si el Espíritu Santo no está en él” sostuvo Padre Edgardo Acosta Ocasio, profesor de Teología del recinto de Mayagüez de la PUCPR.
Según el teólogo se han dicho muchas cosas de Padre Ángel Darío en los medios de comunicación, todas meritorias y ciertas. “Más algo que los medios obvian es la razón fundamental que animó su existencia: Dios. Su fe inquebrantable fue el motor de su vida. Recuerdo vivamente cómo, emocionado, siempre aludía a un momento para él impactante. Era estudiante colegial, Mons. Ulises Casiano celebraba la Eucaristía de cenizas en el recinto. En el campus de la ciencia y la técnica este proclamó, con fuerza y convicción, el texto bíblico: ´´Dice el necio en su corazón, no hay Dios´´ (Salmo 53, 1). La vida de Fray Darío fue un constante proclamar que, efectivamente, solo los necios pueden negar a Dios. Su trayectoria en favor de los pobres, los oprimidos, los desvalidos es opción evangélica. El cristiano, el sacerdote, no es regidor de organizaciones no gubernamentales (ONG). Ante todo y sobre todo es testigo del amor de Dios. El Espíritu anima a los testigos, les da fuerzas para mostrar la cercanía y presencia amorosa de Dios que sale al encuentro de su pueblo” añadió Padre Edgardo Acosta.
Fray Darío fue discípulo, seguidor de San Francisco. Minoridad, fraternidad universal, centralidad en Dios, son legados franciscanos. San Francisco solo tuvo como regla el Evangelio, ni más ni menos. Allí radica la clave para comprender a Fray Darío y su obra. Fray Darío tuvo un don muy particular, sabía hacer salir los talentos de quienes iba agregando a la misión, a colaborar en lo que emprendía.
“Como discípulo y siervo de Dios, teniendo como modelo a San Francisco, tenía plena confianza en el ser humano, en la humanidad, que en definitiva tiene a Dios como origen. Así se entiende el Proyecto Niños de Nueva Esperanza, que hoy es modelo de inserción social en su Sabana Seca querida. Fue lema de su vida, igual que en la de Francisco de Asís: ´´Mi Dios y mi todo´´. Su vida fue intensa, plena, colmada de alegría. Cómo disfrutaba los momentos de compartir llenos de humor y entusiasmo. Una frase suya repetida era cuando disfrutaba un chiste, un momento especialmente intenso, eso estuvo buenísimo. Cultivó Fray Darío diversas ramas del saber. Amó el arte, la cultura, la tierra. Luchó por las causas justas, desde Vieques hasta la liberación de Óscar López. Todo para glorificar a Dios con su vida desde la vida” expresó el sacerdote.
“Descansa en paz hermano, no nos despedimos, pues los cristianos siempre nos encontramos en el altar de la fraternidad, en la Eucaristía. Por la comunión de los santos todos estamos unidos en la mesa del Pan de Vida. Gracias a Dios por tu vida, por tu ministerio sacerdotal, por tu consagración religiosa como franciscano. Volveremos a abrazarnos en la eternidad” finalizó Padre Edgardo.