Mensaje del Presidente durante la Misa de Inicio de Curso
Muy estimada comunidad universitaria de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Hoy comenzamos una nueva jornada de vida eclesial y de vida Pionera y lo hacemos convocados por nuestro Padre, Pastor y Hermano Mons. Félix Lázaro aquí, como acostumbramos, en este hermoso templo en honor a Santa María Reina. Venimos a encontrarnos con Jesús de tres maneras muy significativas: en su Palabra, en su Cuerpo y en su Sangre y en nuestros hermanos que están aquí presentes, estudiantes, facultativos y personal no docente. En cada instancia Jesús está realmente presente.
Tres palabras resumen este encuentro: agradecimiento, esperanza y reto. Agradecimiento- el Salmo 100 en sus versos 4-5 nos recuerda la necesidad de ser agradecidos “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. ¡Alabadlo, bendecid su nombre!, porque Yahvé es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.” Cuántos de nosotros hoy podemos testimoniar cuan misericordioso ha sido Dios en los momentos más difíciles de nuestras vidas, cuando más tristes, solos y abandonados estábamos. Dios nos ama y su fidelidad es eterna. Este año estábamos muy preocupados por la respuesta de los estudiantes ante nuestra propuesta de educación y formación profesional. Las tendencias en el entorno universitario nos alertaban de una reducción en el número de estudiantes. Los números que tenemos ya indican que este no será el caso. ¡Debemos dar gracias a Dios!
Esperanza – San Pablo en su Carta a los Romanos dice “Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia y consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”. La Palabra de Dios que leemos en las Sagradas Escrituras nos convoca a tener paciencia y consolación ante las dificultades. Nuestra Universidad, esto es cada uno de nosotros, está llamado, desde la Palabra de Dios, a testimoniar nuestra consolación que nace de la confianza en Dios. Jesús es nuestra esperanza, nuestro Camino, Verdad y Vida.
Reto – Recordarán ustedes que en los Días de Formación de inicio del semestre les cité a Papa Francisco cuando habló de la pasión que se necesita para dar vida “La educación es un acto de amor, es dar vida. Y el amor es exigente, pide encontrar los mejores recursos, para despertar la pasión y comenzar un camino con paciencia junto a los jóvenes. El educador en las escuelas católicas debe ser ante todo muy competente, calificado, y al mismo tiempo lleno de humanidad, capaz de estar entre los jóvenes con estilo pedagógico, para promover su crecimiento humano y espiritual”.
Muy querida comunidad universitaria de la PUCPR, ese es nuestro reto aquí y ahora: dar vida… la vida de Jesús que es Camino, Verdad y Vida; despertar la pasión por la verdad, en estos tiempos que hay más sequía de la Verdad que de agua. Tenemos que despertar la pasión por la Verdad, por la defensa de la vida de los que desean nacer, por la defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, por la defensa de la familia, por la defensa de los más frágiles y necesitados, por la defensa del ambiente y de los recursos naturales. También tenemos el reto de educar con paciencia, de construir una comunidad universitaria que no descarte a ninguno de nuestros estudiantes. Si los descartamos ¿quién les posibilitará ser todo lo que Dios quiere que sean?. Concluyo con una expresión que he repetido muchas veces ante ustedes: Si no somos nosotros… ¿quién? Si no es aquí… ¿dónde? Si nos es ahora… ¿cuándo? Si no es para el Reino de Dios… ¿para qué?
¡Animo, nos espera un gran año académico por delante! A la Mayor Gloria de Dios.