Feb 022021
 

Padre obispo Rubén González Medina, cmf, presidió la eucaristía

En la mañana del jueves 28 de enero de 2021, día de la fiesta de santo Tomás de Aquino, se celebró en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico la Misa de de Acción de Gracias para conmemorar el trigésimo aniversario de la concesión del título de Pontificia y para dar inicio al semestre académico. La eucaristía fue presidida por padre Rubén A. González Medina, obispo de la diócesis de Ponce y gran canciller de la PUCPR. En su homilía el obispo indicó “Como Pontificia Universidad Católlica nuestra tarea es educar en la sabiduría, sabiduría que nos llene de esperanza y nos invite a la transformación de la lógica estéril y paralizante de la indiferencia. Deseamos formar líderes que estén dispuestos a colaborar y a construir juntos un futuro de justicia y paz, una vida digna para cada persona”.

“La educación se propone como el antídoto natural a la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y a la primacía de la indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el empobrecimiento de las facultades de pensamiento y de imaginación, debe ser de escucha, de diálogo y de comprensión mutua. Hoy se necesita una etapa renovada de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad y nosotros estamos dispuestos a colaborar en este proyecto. ¡Animo Pioneros!” añadió.

La misa se celebró desde el estacionamiento aledaño a la pista atlética de la Institución y los asistentes disfutaron la celebración eucaristica desde sus vehículos.

Construyamos en nuestra Universidad una auténtica amistad social. Mensaje del presidente, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho, durante la Misa de Inicio de Curso.

El 28 de enero, fiesta de santo Tomás de Aquino, tiene un significado muy especial en nuestra Universidad. Santo Tomás de Aquino se propone como el patrón de las universidades católicas. A nivel personal, esta fecha también es muy importante para mi pues, aunque inicié mi presidencia el 1 de noviembre de 2009, mi investidura como presidente se realizó el 28 de enero de 2010.

Mi mensaje en esta ocasión lo centraré en las propuestas del papa Francisco en la importante encíclica Fratelli tutti sobre la fraternidad y la amistad social. Nos dice la encíclica que Fratelli tutti era la expresión que san Francisco de Asís utilizaba “para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio”.

Dirijo mi atención, a manera de propuesta personal y comunitaria del santo padre, a dos capítulos en particular: los capítulos cinco y seis. El capítulo quinto tiene como título “La mejor política” y el capítulo sexto, “Diálogo y amistad social”. Veamos algunos pensamientos plasmados en el capítulo quinto.

Comienza el santo padre destacando el valor de la mejor política. Discernir sobre la mejor política es muy importante al iniciar nuevos gobiernos en Puerto Rico y Estados Unidos. Escuchemos “Para hacer posible el desarrollo de una comunidad mundial, capaz de desarrollar la fraternidad a partir de pueblos y naciones que vivan la amistad social, hace falta la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común”. Esta propuesta a nivel mundial también tiene mucho valor a nivel comunitario si aspiramos a vivir una amistad social comunitaria.

Continúa el papa destacando la centralidad de la atención de los débiles y de las culturas. Resulta interesante que ate la mejor política a estos dos énfasis. Aunque reconoce la dificultad de lograrlo, plantea que se debe aspirar “a un mundo abierto que tenga lugar para todos, que incorpore a los más débiles y que respete las diversas culturas”. Presenta la urgencia de valorar el sentido de pueblo, una urgencia muy importante para Puerto Rico. Los hechos recientes en los EE.UU. también han destacado este desafío. Dentro de la amplia diversidad cultural de ese país, ¿qué y cómo se constituye el pueblo de los Estados Unidos? Insiste el papa “Ser parte de un pueblo es formar parte de una identidad común, hecha de lazos sociales y culturales”. Lo mismo podemos decir de la identidad comunitaria en nuestra Universidad. ¿Cómo se constituye nuestra identidad como una Universidad Católica y Pontificia? ¿Cómo se cuida y fortalece?

Para aspirar y lograr una mayor y mejor amistad social hace falta un fuerte liderazgo. Y el santo padre nos recuerda que el “inmediatismo” degrada al liderazgo popular. Más que responder a exigencias populares, hay que poner las miras en “avanzar en una tarea ardua y constante que genere a las personas los recursos para su propio desarrollo, para que puedan sostener su vida con su esfuerzo y creatividad.”. Esta propuesta es muy importante para nuestra Universidad, pues nos invita a examinar los procesos formativos que ofrecemos a nuestros estudiantes.

El papa nos propone la caridad como la manera de marchar eficazmente hacia la “transformación de la historia que exige incorporarlo principalmente todo: las instituciones, el derecho, la técnica, la experiencia, los aportes profesionales, el análisis científico, los procedimientos administrativos”. Es muy interesante cómo sintetiza la caridad “El amor al prójimo es realista y no desperdicia nada que sea necesario para una transformación de la historia que beneficie a los últimos”. Y la caridad requiere “un cambio de los corazones humanos, en los hábitos y en los estilos de vida”. La educación tiene un papel central en este proceso “La tarea educativa, el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana integralmente, la hondura espiritual, hacen falta para dar calidad a las relaciones humanas, de tal modo que sea la misma sociedad la que reaccione ante sus inequidades…”.

La amistad social va de la mano del diálogo y el capítulo sexto se titula ¨Diálogo y amistad social¨. El inicio del capítulo marca los lineamientos principales para construir este fundamento de la amistad social. Escuchemos al papa Francisco “Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo dialogar”. Para encontrarnos y ayudarnos mutuamente debemos dialogar. ¡Qué gran propuesta nos hace el santo padre al iniciar este nuevo semestre en la Universidad! El diálogo se propone como el camino para “construir el bien común”. Y no todo diálogo es diálogo…” El auténtico diálogo social supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos. Desde su identidad, el otro tiene algo que aportar, y es deseable que profundice y exponga su propia posición para que el debate público sea más completo todavía”.

Finalizo este mensaje con la invitación que el papa nos hace al final del capítulo sexto… debemos “recuperar la amabilidad”. Escuchemos, “La amabilidad es una liberación de la crueldad que a veces penetra las relaciones humanas, de la ansiedad que no nos deja pensar en los demás, de la urgencia distraída que ignora que los otros también tienen derecho a ser felices… Pero de vez en cuando aparece el milagro de una persona amable, que deja de lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia”.

Al iniciar esta nueva jornada los invito a que juntos construyamos en nuestra Universidad una auténtica amistad social anclada en la caridad y en el diálogo.