Preparado por el profesor Edwin Ramos (director de la Biblioteca de la PUCPR recinto de Mayagüez)
Recordaba Mons. Ángel Luis Ríos en su homilía la cantidad de veces que había visitado la Institución, como sacerdote, como profesor, como visitante, y hoy venía como obispo de la Diócesis.
Nos recordaba Mons. Ángel Luis que en la conclusión del evangelio de San Mateo que se leyó en la Santa Misa “se me ha dado dice el Señor pleno poder en el cielo y en la tierra de aquí en adelante yo me voy al cielo” qué está diciendo Jesús, la tarea se la dejo a ustedes vayan y hagan discípulos de todos los pueblos bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado”.
Mons. Ángel Luis comparaba la palabra colegio con el significado de gobierno comunitario de un grupo, gobierno colegial, que mantiene una íntima relación con el proceso de educación. Menciona que nuestra Universidad fue el primer colegio de la cristiandad, el primer centro educativo de la cristiandad, la primera universidad. Nos decía el obispo, la Universidad está llamada para dar a conocer para la salvación, la educación, la formación, de la persona humana todo aquello cuanto Jesús nos ha enseñado. Nos exhortaba a hacerlo con alegría, con decisión porque Jesús nos dice: “Yo voy a estar con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo”.
Menciona además en su homilía que y cito: “los seres humanos cuando tenemos un maestro, cuando tenemos un líder, cuando tenemos alguien que nos ha formado y creemos en ese maestro, ese maestro infunde en nosotros seguridad”.
Nos indica además que estamos en la universidad y el término universidad exige seriedad, la universidad exige compromiso, la universidad exige conocimiento, la universidad exige calidad, la universidad nos pone exigencias. Hace énfasis en que las universidades deben estar presentes en la solución de las crisis de los pueblos. Es por ello que y se pregunta do que ¿dónde están los pensadores, los intelectuales, hombres y mujeres que se forman en la universidad para conducir a un pueblo? Nos lleva a evaluar el rol del profesor en la universidad donde deben participar más de las situaciones que suceden a nuestro alrededor del país ante la crisis que se vive.
Enfatiza en su homilía que estamos en la universidad para educar y para educar con la verdad, con el rigor de la investigación, de una investigación seria que nada ni nadie puede detener so pena de faltar a la verdad. Además, indica y cito: “que a través de la teología, a la propia doctrina, la fe y el dogma de la iglesia también se someten al rigor de la investigación y del análisis y cuando sabemos lo que creemos y estamos seguros de lo que hemos creído, la iglesia puede caminar sin miedo, porque ella misma fundó las universidades para que aprendiésemos a investigar, a estudiar, a conocer y a crecer”.
Mons. Ángel Luis nos exhorta que pensemos y analicemos que “estamos en la universidad para enseñar, para dar educación y para darla con la mayor calidad posible”. Nos habla de la seriedad del proceso educativo y de ser fiel a la verdad que esté abierta al análisis y a la investigación. El proceso educativo debe tener un rigor porque es aquí donde se forman los administradores, es donde se forman y se educan los científicos, es donde se forman los hombres y mujeres. Afirmaba Mons. Ángel Luis que es un honor que nos llamen maestros aunque el título único para llamar maestro le corresponde a nuestro Señor Jesucristo.
Nos decía en la homilía que “cada uno de nosotros al educar y formar nuestros jóvenes, dentro de la Pontificia Universidad Católica hemos de tener claro que el punto de arranque fundamental del proceso educativo que se da de ese portón para adentro es la revelación divina, y que si bien nos abrimos a todas las manifestaciones de la ciencia, nos abrimos a la investigación sin miedo a ella porque dejaríamos de ser universidad.
Nos pedía tomar en serio y amemos lo que realizamos porque de esta manera y cito: estaremos amando a los hombres y entonces sí que se llenará y se henchirá nuestro espíritu de orgullo cuando decimos, esta, la Universidad Pontificia, la Universidad Católica es nuestra casa, porque la iglesia es la casa grande para todos los hombres y mujeres para que encuentren en ella refugio”.